En el último año, Barcelona se ha convertido en la ciudad española más insegura del país. Solo hace falta ver el aumento de un 17% de delitos respecto al año anterior o en su tasa de criminalidad (120 delitos por mil habitantes) para darse cuenta que algo no funciona en la capital catalana.
A causa de la inseguridad palpable, grupos de vecinos e han organizado en las autoproclamadas Patrullas Ciudadanas.
Que se conozcan existen tres organizaciones vecinales contra el crimen, Patrulla Ciudadana, Salvalona y ROAR.
La forma que tienen una forma no violenta de combatir el crimen, persiguiendo a carteristas mientras avisan a turistas y transeúntes, marcando los narcopisos, así como grabando cualquier hurto o agresión para compartirlo en las redes y alertar a la población.
Pero, ¿cuál es la causa de tal aumento de la criminalidad?
La gran mayoría de los vecinos lo achaca a la falta notoria de mossos d’escuadra. Los sindicatos les dan la razón y afirman que deberían agregarse unos 2000 agentes. El problema radica en que los presupuestos imposibilitan el aumento de plantilla y hacen que se deban de asignar los pocos efectivos disponibles en los puntos con mayor conflictividad.
Aunque, ¿Los números abalan este alarmismo?
Si miramos al año 2015, momento en que Ada Colau tomo posesión del cargo, los delitos se contabilizaron en 153346 y en el ultimo cierre anual, 2018, ha superado ampliamente los 190000.
Pese a todo el Gobierno dice que este alarmismo lo causa la prensa que desvirtúa la imagen de Barcelona, y además, multaran las patrullas ciudadanas que actúen en la ciudad.