AGRESIONES A VIGILANTES DE SEGURIDAD, MÚLTIPLES CONSECUENCIAS

 

 

 

Nos estamos acostumbrando a que las agresiones a vigilantes de seguridad en su puesto de trabajo, esto es en acto de servicio, sean una noticia diaria en los medios de comunicación de nuestro país. Centros hospitalarios, núcleos ferroviarios, líneas de metro, centros comerciales….son entornos de trabajo cada vez más relevantes del sector privado de seguridad. Este aumento de la visibilidad del vigilante de seguridad le está comportando unas consecuencias directas no deseadas en el desempeño de su trabajo de sumar esfuerzos en el mantenimiento de la seguridad pública y de la pacífica convivencia de los ciudadanos. Dichas consecuencias se traducen, no solo en daños físicos, psicológicos, y secuelas del vigilante, sino  también en una erosión constante  del principio de seguridad y autoridad que representa dicha figura.

De igual modo, estos ataques de violencia reactiva contra los mismos también comportan un coste económico directo, para el trabajador, así como para la sanidad pública o privada, y para la empresa en la que trabajan. Hemos de continuar luchando para que el posicionamiento social, laboral y jurídico del vigilante de seguridad, este en sintonia con otros actores productivos de la economía nacional y seguir avanzando para que las agresiones a los mismos, tengan un tratamiento judicial acorde, con un plus de protección jurídica de los vigilantes como agentes de la autoridad,cuando se encuentra desempeñando sus obligaciones profesionales de forma autónoma e independiente, de forma diferenciada a lo reconocido en la actual Ley de Seguridad Privada.